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viernes, 6 de junio de 2008

Morir con las botas puestas: El amor bizcochoso de Antonio Gala

Las recientes causas abiertas y sentencias firmes a periodistas ponen de manifiesto algo de lo que veníamos debatiendo desde los inicios de esta segunda Intifada, se trata de los límites de la libertad de expresión. Si los hay o debe haberlos, cuales serían. Dos periodistas han sido sentenciados recientemente en nuestro país, marcando un hito.

Es puramente fortuito que el asunto haya coincidido con el caso Al Dura, como recordarán: Imágenes de la muerte en directo y prime time de un niño que accidentalmente se encontraba en el lugar inadecuado, unas imágenes manipuladas por la televisión francesa . Se trata del caso Al Dura. Pueden seguirlo Theaugeanstables , aunque aquí ya hemos escrito varias entradas sobre el tema

Estos días atrás, la carta del Embajador de Israel a Antonio Gala y la campaña “pais de mierda” han centrado nuestra atención. En el blog Desde Sefarad encontrarán la réplica de Gala. Pensamos que pese a que morirá con las botas puestas, ha debido meditar cada una de las palabras de la respuesta y esto me lleva al artículo que publica hoy en EL MUNDO David Gistau .una espléndida columna sobre todas estas cuestiones.

Confundir opinión con injuria, calumnia o mentira no debería ser un ejercicio periodístico en ningún periódico serio. Pero sabemos que tratándose de Israel es la regla y no la excepción


País de mierda
DAVID GISTAU

Dejó escrito Ortega que no existe mayor traición a la realidad que conceder valor absoluto a una perspectiva, impidiéndole la integración con otras que son negadas. Así, la invención de una realidad que encaje con un prejuicio no depende sino de la selección de planos. Israel es una selección de planos. Siempre adecuados a la perspectiva fóbica, al prejuicio. A menudo tan mendaces como aquel famoso del padre e hijo palestinos supuestamente abatidos por balas israelíes que se reveló una manipulación grosera sin que a nadie le importara demasiado. O tan militantes como lo fueron las crónicas de los periodistas españoles que se fueron a contar el aniversario de la fundación del país, no a los cafés, las playas o las guarderías amenazados de zambombazo, no a hospitales como el Ramban, donde Hervé Hachuel acaba de terminar un documental que ofrece una nueva perspectiva humana y mestiza del ensayo de la concordia, sino al muro defensivo, como si lo único reseñable del advenimiento de Israel fuera la Nakba.
Traicionado Israel con una sola perspectiva que no corrige la ignorancia, el ambiente se vuelve propicio al odio. Al automatismo de un odio antiguo, que está incluido en la genética europea, y que ahora cobra un aliento nuevo con la coartada del pensamiento de izquierdas. Que se ufana de exquisitez intelectual porque no se siente vinculado a los campos de exterminio sino que se justifica a sí mismo con la atención a la víctima oficial, ante la cual sólo puede haber verdugos que lo son incluso cuando regímenes intolerables les condenan a la muerte colectiva o cuando les revientan niños en un autobús: ese plano no sale. Con tal eficacia ha sido completada la invención de la realidad, que hasta los vates del amor bizcochoso como Antonio Gala pueden dar un uso tendencioso al término Holocausto sin reparar siquiera en que necesitarían dos excursiones, una al Israel fuera de plano y otra a Auschwitz, para descubrir cuán honda es su miseria moral por más que esté autorizada por la corrección progre. Demasiado esfuerzo: más confortable es el prejuicio.
La mayor traición a la realidad es la perspectiva. Ha jugado a emplearla la Asociación de Solidaridad España-Israel con un vídeo parcial que retrata a España como no es, al menos no en su valor absoluto: ignorante, racista y violenta. Incluso los autores del vídeo saben que la visión es injusta. Pero de eso se trataba. De cabrearnos para agitar conciencias demasiado conformes con los retratos prêt-à-porter que agregan un cerco moral al físico. De demostrar que es posible inventar una realidad ajustada al prejuicio mediante una simple selección de imágenes. Durante dos minutos, España ha sido una mentira del editor. Israel lo es siempre, sin que a nadie le importe demasiado porque no hay odio más placentero que aquél al que las coartadas intelectuales le eximen de culpa y vergüenza. Si hasta los poetas del amor se entregan a él.

3 comentarios:

José Antonio dijo...

Felicidades, por el muy buen artículo de Gistau y por su selección.

He de reconocer que aquí, en este país/País, y por ejemplo, con referencia a los comentarios abiertos a ciertas noticias que, como no, mayoritariamente involucran a Israel (¿quién hará la selección de noticias que merecen los comentarios de los "librepensadores"? ¿o será que su mismo elevado grado de participación, con la inevitable participación de elementos poco políticamente correctos y tan ajenos a periódicos tan de "referencia", sea la causa?), empieza abrirse
paso una mayor equidad.

Y ahora es el Mundo quién empieza a mostrar otra visión, sin duda ocasional y particular. La línea está muy clara en su apartado internacional.

La verdad es que éste último periódico, tan querido por cierta "derecha moderna", luce el populismo anti israelí más descarado de la prensa nacional, ya que el panfleto "público" es ilegible, si se desea mantener cierto criterio ajeno a los clichés más petardos.

Por otro lado, ya saben mi opinión de dar publicidad a la "abuela", tan aparentemente necesitada de ella.

De todas formas, toda ducha fría a las complacientes galas del pensamiento único de la progresía y lo políticamente correcto nacional es de agradecer.

Iojanan dijo...

No había tenido la oportunidad de leer a Gistau,me parece que algo se está moviendo bajo los pies.Parece que ya no es todo como cuando la oveja se dejaba sangrar sin oponer ni un balido. El resorte de muchos intelectuales ha saltado ante tanta injuria y mentira, era difícil de soportar, son muchos los que ya no temen que al moverse no saldrán en la foto, la labor está empezando pero hay días, como el de hoy,en que uno llega a creer que el camino se está haciendo...Y bien.
Jose Antonio, Neguev y muchos más son culpables de que esto esté girando, muy poco a poco, es cierto, pero, sin embargo se mueve y es una satisfacción poder contarlo. Un saludo cordial.

Neguev and me dijo...

Culpables Iojanán? Umm. Gracias por la alta consideración; pero me temo que Gistau es el primer culpable, al menos en lo que respecta a este magnífico artículo.

Es cierto José Antonio, en muchas ocasiones señalamos El Pais como el máximo responsable, pero ciertas crónicas del EL Mundo, no le van a la zaga.