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martes, 30 de diciembre de 2008

Prensa & radio sobre el conflicto de OM y nickería

En la Razón George Chaya

http://www.larazon.es/noticia/que-esta-pasando-en-europa-george-chaya


En El MUNDO : Una crónica

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/30/internacional/1230654642.html?a=012a6cd58e8efd81cde31db27c4e297f&t=1230659707

Y este buen artículo de Florentino Portero en ABC
http://www.abc.es/20081230/opinion-firmas/campana-20081230.html



Además vale la pena echarle un ojo al Blog de Santiago Gónzalez, un espléndido análisis de la situación, que incluye al final la ya conocida campaña " Pais de Mierda" y el test) De la que nos hicimos eco en su momento:
http://www.elmundo.es/elmundo/blogs/elblogdesantiagogonzalez/index.html


Y dos viñetas de distinto signo


La primera en La Razón. La firma Montoro





La segunda Romeu En El País. ( tampoco no extraña)





*****************************************************
Y fíjesense como está el Patio:

"[223] Escrito por: El Crítico Constante - 30 de diciembre de 2008 18:18:00 CET
He estado leyendo una larga lista de damnificados por el sionismo internacional tras oponerse a él. Suponiendo que sea verdad lo que se cuenta se nos narran despidos laborales, atentados con ácido o bombas, expulsión de centros docentes... lo cierto es que me han empezado a temblar las canillas preguntándome si me habrán apuntado en alguna lista.
"

Ya saben, Los protocolos de los Sabios de Sión, Y su larga mano que llega a todos sitios. Bueno, este es uno de los ejemplos de ese fenómeno. Si quieren ilustrarse mas, Click en el nick

En este blog

Y uno de los tantos, pero de cierta antiguedad y solera del mismo Nick:

"[39] Escrito por: El Crítico Constante - 9 de septiembre de 2008 11:22:00 CESTYo detesto el sionismo, o sea. Como algunas otras cosas organizadas. Debería gustarme todo lo judío porque por mis venas debe correr una buena porción de esa sangre y de hecho algunas cosas me gustan pero no soy tan lelo como para no saber que unas se apoyan en otras y un mismo río corre a través de todo ello. No, por favor no se sienta interpelada. No me dirijo a usted en absoluto."

Y sigue con pilas que no se agotan

"El Crítico Constante dijo...
Una boutade: ni Hitler pudo nunca ganar la guerra (ni liquidar a todos los judíos) ni los judíos podrán ganar a los palestinos.
30 de diciembre de 2008 23:31:00 CET"

4 comentarios:

Iojanan dijo...

La nariz del judío. Este romeu es un infame canalla. Con qué autoridad moral dicta, como si su opinión fuese única y final. Lo lastimoso de esto no es que un cretino dibuje o diga barbaridades sino que hay otros que no las corrigen y, como en este caso, las amparan.

Neguev and me dijo...

Pero estos días amigo Iojanán, ya habrás visto, se mezcla de todo. Salen los protocolos a relucir( mira el ejemplo que adjunto al final )
Y pienso que pese a todo, la prensa está menos virulenta que en otras ocasiones.
++++
Te mando el artículo de Aristegui, parece que el nuevo PP está en marcha. Una de cal y una de arena. No vayas a creer que es como el HT o los otros que adjunto. Es de una perfecta equidistamncia, que a mí, me da que pensar.

Aquí te lo dejo:
TRIBUNA LIBRE
GUSTAVO DE ARISTEGUI
Hamas: en la derrota está la victoria


Ya casi nadie se acuerda de la penúltima guerra del Líbano, donde se suceden
tantas que no se puede hablar propiamente de la última. Verano de 2006, una
milicia terrorista, Hezbolá, con muy fuerte implantación en el Líbano,
secuestró dos soldados israelíes justo en el momento en el que la la Agencia
Internacional de la Energía Atómica (AIEA) iba a denunciar el posible
carácter militar del programa nuclear iraní. ¿Casualidad? Lo dudo, no hay
casualidades tan burdas en geopolítica y mucho menos en Oriente Próximo. Lo
que ocurrió después lo conoce todo el mundo: semanas de guerra, la
destrucción de la infraestructura fundamental del sur del Líbano, y nadie se
acordaba ya del desafío nuclear iraní. Muy eficaz, pero no sólo en ese
frente. La guerra tuvo otras consecuencias. Hezbolá, que no sólo estaba
perdiendo prestigio e influencia entre los libaneses que no eran chiíes -o
simplemente que no eran pro sirios o pro iraníes-, sino que empezaba a
generar rechazo también entre los chiíes más moderados -que se sentían
legítimamente libaneses-, salió reforzada a pesar de la evidente defensa que
Hezbolá hacía de intereses extranjeros. Después de la guerra de verano de
2006, ni los libanese moderados más valientes y audaces podían osar
manifestar la más leve crítica contra la organización filial de los sectores
más ulraortodoxos de Irán. Una organización debilitada y desprestigiada
renació de sus cenizas como consecuencia de su aparente derrota, una
organización chií pro iraní -nación persa y en consecuencia étnica y
culturalmente no árabe- se convirtió en el ídolo y héroe de la calle árabe,
mayoritariamente sunní. Vamos, un éxito rotundo la guerra. La imagen de
Israel quedó seriamente afectada, su enemigo jurado Hezbolá notablemente
fortalecido y las aspiraciones de Irán de influir en el Próximo Oriente,
trágicamente reforzadas y confirmadas.

En Israel algunos analistas lúcidos denunciaron algunos de estos extremos, y
hoy hay pocos que digan que la guerra de 2006 no fue un monumental desastre
para los intereses de Israel. El constante acoso y ataque de Hezbolá a
pueblos y ciudades del norte de Israel es comparable al de Hamas en el sur.
Nadie pone en duda el derecho, la obligación más bien, de un país a proteger
su territorio y a sus ciudadanos, pero lo que no se puede hacer es cometer
garrafales errores estratégicos por una visión exclusivamente cortoplacista
y táctica. Lo que está ocurriendo en Gaza es en gran medida el mismo
problema, un Gobierno -por cierto el mismo- que por razones distintas a las
de entonces tiene la necesidad de demostrar a su opinión pública que lleva
la iniciativa política y de seguridad, lanzando unos intensos ataques contra
uno de los territorios más densamente poblados del mundo. Nuevamente un
evidente paralelismo entre la guerra del Líbano de verano de 2006 y lo que
ha hecho Hamas en Gaza en 2008. Entonces Hezbolá colocaba sus arsenales y
lanzamisiles en -o muy cerca de- edificios ocupados por población civil
indefensa, a los que por cierto no se permitía salir de sus casas, por lo
que cuando se sucedían los ataques de la aviación israelí se producían muy
numerosas bajas civiles. Una vez más la coordinación de las tácticas y
estrategias de Hezbolá y de Hamas quedan confirmadas, pero lo grave es que
parezca que nadie haya tomado buena nota de ello desde 2006. Conviene
recordar aquí que la parte más importante del presupuesto de Hamas -que se
supone que es sunní- proviene de Irán vía Hezbolá. Las provocaciones siempre
han sido moneda de cambio eficaz en ambas organizaciones. La crisis de Gaza
sólo es un ejemplo más.

Nadie, insisto, pone en duda el derecho de una nación a defenderse del
terrorismo. Hamas es una organización terrorista según los Estados Unidos y
la Unión Europea. Ya casi nadie mínimamente informado lo puede poner en
duda. Su mal llamado brazo armado, las Brigadas de Ezzedine Al-Qassam, han
asesinado a miles de personas en Israel: sí, miles, en autobuses,
restaurantes, cafeterías, centros comerciales, mujeres, niños y ancianos. A
eso nadie puede llamar resistencia o guerra, por muy guerra asimétrica que
digan algunos supuestos intelectuales que el terrorismo pueda ser -que no lo
es-, es simple barbarie criminal. Hamas es una organización terrorista que
se ha convertido en uno de los principales obstáculos para la paz en Oriente
Próximo, y en un pesadísimo lastre para el pueblo palestino. Pero lo que
cabe exigir a una democracia, lo que cabe exigir a una nación cuando se
defiende, es que entienda cuáles son los intereses que a medio y largo plazo
debe defender, cuáles son las consecuencias de sus actos, debiéndose
plantear muy seriamente si la muerte de centenares de civiles inocentes es
una consecuencia colateral aceptable de la legítima defensa. Yo creo que no,
y creo además que no sólo -aunque sí principalmente- por razones morales y
éticas, sino también por el inmenso, casi inconmensurable perjuicio que
están causando a los intereses de su propio país. ¿Es que acaso nadie se ha
dado cuenta en la casi mítica Inteligencia de Israel, de las gravísimas
consecuencias que esta decisión sin duda va a acarrear para ellos, para toda
la región y para el mundo entero? ¿Es que nadie era capaz de prever que los
ánimos se iban a incendiar y desbordar en todo el mundo árabo musulmán? ¿Es
que nadie vio que en un momento especialmente convulso, incierto y peligroso
esta ofensiva tendría efectos desestabilizadores muy serios?

Ahora tenemos a todos, moderados y radicales, diciendo cosas muy parecidas.
Los defensores de la paz y el entendimiento estarán amedrentados y callados,
las voces que heroicamente preconizan la reconciliación desde la superación
del odio por la pérdida y la muerte de seres queridos -como los ejemplares
miembros del Parents Forum-Circle of Families (Foro de los padres-círculo de
las familias)- no conseguirán colocar y extender su mensaje de paz y de
reconciliación. Alí Abu Awad, hijo y hermano de destacadísmos miembros de Al
Fatah -su hermano murió en el conflicto- y dirigente palestino de esta ONG
que pasó años en cárceles israelíes, logró convencer a las Brigadas de los
Mártires de al-Aqsa que abandonaran la violencia y que se dedicaran a la
resistencia pacífica. ¿Y ahora qué va a ocurrir con el mensaje de no
violencia de Alí?

Es evidente que Hamas y sus cohetes, sus bombas y sus fusiles, no podrán
acabar con el Estado de Israel, aunque hayan causado y puedan seguir
causando muchísima muerte y dolor. Parece claro que perderán militarmente
esta confrontación, pero no les quepa la más mínima duda de que saldrán
extraordinariamente reforzados política y socialmente en los Territorios
Palestinos, en el mundo arabo musulmán y en buena parte del mundo islámico
no árabe.

No me cabe en la cabeza que algunos altos responsables de la Administración
israelí llamen al combate con una organización terrorista «guerra». Esto no
hace más que legitimarlos; otro error más -que también ha cometido Estados
Unidos- de una larga lista con consecuencias otra vez graves a medio y largo
plazo. No es una guerra en la que las bajas colaterales sean aceptables. Es
la lucha contra el terrorismo que vive enquistado en medio de su población
civil, lo que en consecuencia requiere de una táctica y estrategia bien
distintas a las de una guerra abierta entre beligerantes legítimos.

Estamos sin duda ante la tragedia de las muertes, pero también ante la
tragedia geopolítica, por lo que todo esto puede suponer de convulsión sin
límites en la región; tragedia por el enconamiento y enquistamiento del
conflicto; tragedia por el fortalecimiento de los más radicales,
especialmente de Hamas; tragedia por alimentar el sangriento círculo vicioso
del odio. Parece que en Oriente Medio todo lo que puede ir mal va a peor. Es
la más terrible versión de la maléfica Ley de Murphy, es decir, que todo lo
que puede ir mal, irremediablemente irá mal.

El remedio no es sencillo. Lo sabemos todos desde hace décadas. Es la
solución de dos Estados, el reconocimiento y defensa al derecho de
existencia del Estado de Israel en fronteras seguras e internacionalmente
reconocidas, junto a un Estado Palestino, viable, estable, creíble para su
opinión pública y para el mundo árabe e islámico y democrático. Esta es la
mejor garantía de paz, estabilidad, bienestar, prosperidad y seguridad para
Israel, para la futura Palestina, para el Oriente Próximo y para el mundo
entero. Todos debemos entender la exponencial capacidad de
desestabilización, como fuente de odio y de violencia, que tiene este
conflicto. Y por ello, la comunidad internacional y la nueva Administración
Obama deben comprometerse seria, inequívoca e intensamente en el
relanzamiento urgente del proceso de paz. Pero esta vez con el firme
propósito de llevarlo a buen fin. Las buenas intenciones ya no son
suficientes.

Gustavo de Arístegui es diplomático y portavoz de Asuntos Exteriores del PP
en el Congreso de los Diputados

Iojanan dijo...

Creo que el análisis de Arístegui es certero, las tácticas a considerar con estos terroristas deben ser especiales, hay que ir preparando a los ejércitos para estas luchas , pequeñas emboscadas e incursiones constantes que seguramente dejaran en el camino mucho dolor porque el terrorismo cuela como el agua por todos lados.
por otro lado y como hemos podido comprobar, la respuesta de la prensa hacia Israel es desconocida en España hasta ahora desde que hay embajada. Nunca antes de este conflicto los diarios habían estado tan dispares en sus opiniones. Se está trabajando bien.
Saludos cordiales.

Neguev and me dijo...

A mi la equidistancia que muestra Aristegui en este artículo no me gusta. Entiendo que es el cabeza de lista de exteriores del PP, y tiene que andar sobre la cuerda floja...pero hay ciertas equidistancias con las que no comulgo, ni comulgaré. La lucha cotra el terror tiene que tener unos objetivos claros.