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jueves, 19 de junio de 2008

¿Heroe o traidor? La historia de Reszo Kasztner



La historia de Rezso Kasztner un personaje controvertido que podría encarnar un personaje de novela, es una historia apasionante en la que el lector tarda en descubrir si se trata de un héroe o de un traidor. Estos días atrás hemos recogido los artículos sobre la Shoá de Eduardo Martín de Pozuelo para La Vanguardia a la luz de nuevos documentos recientemente desclasificados . En esa historia Kasztner, héroe o traidor, juega como Joel Brand un papel importante en el resacate de judíos desde su pertenencia a una pequeña cédula sionista [ “era un oscuro oficial de un pequeño comité sionista que tenía vínculos con grupos judíos de rescate en Estados Unidos”] llega a tratar con Adolf Eichmann para salvar la vida de judíos a cambio de efectivo, joyas y camiones

Anna Porter recoge su historia en una novela titulada Kasztner's Train
esta reseña en español del libro Nos describe su accidentada historia, su triste final, asesinado por un extremista, un crimen con resonancias políticas.

Juzguen ustedes

Kasztner: "¿Un Schindler condenado por la historia?"

Los Angeles (Reuters) -

La historia no ha sido buena con Rezso Kasztner, el hombre que salvó más judíos de morir en el Holocausto que cualquier otro judío. Su recompensa fue ser acusado de vender su alma al diablo y ser asesinado por judíos extremistas. Pero la reputación de Kasztner podría ser restablecida, más de 60 años después de que negociara un trato de «sangre por dinero» con Adolf Eichmann, para salvar la vida de judíos a cambio de efectivo, joyas y camiones.
Fueron publicados dos nuevos libros sobre Kasztner y se prepara la distribución de un documental. Todos lo retratan como un héroe oculto del Holocausto, un hombre que arriesgó su vida en incontables negociaciones con los nazis.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Kasztner acordó que un tren transportara a casi 1700 judíos húngaros hacia Suiza, mientras él se quedaba para continuar las negociaciones.
También durante el conflicto acompañó a un oficial de las SS en visitas a campos de concentración para decirle a los comandantes que pusieran fin a las matanzas, salvando hasta 100.000 judíos según afirman algunos expertos. En ese momento, era claro que Alemania estaba a punto de perder la guerra y de que habría juicios tras el conflicto. El coronel de las SS Kurt Becher llevó a Kasztner seguramente porque quería un testigo judío de sus buenas acciones.
Anne Porter, cuyo libro «Kasztner's Train» se basó en siete años de investigación, algunas entrevistas y documentos desconocidos, afirma de que es tiempo de honrar a Kasztner y de descartar las acusaciones en su contra. El segundo libro, «Dealing with Satan: Rezso Kasztner's Daring Rescue Mission» del profesor de literatura alemán Ladislaus Lob, es en parte una segunda visión sobre Kasztner y en parte una memoria. Lob tenía 11 años cuando escapó con su padre en uno de los trenes de Kasztner que partían hacia Suiza desde el campo de concentración Bergen-Belsen.
En aquel momento, Kasztner era un oscuro oficial de un pequeño comité sionista que tenía vínculos con grupos judíos de rescate en Estados Unidos, Turquía y Suiza. «Era un don nadie que se introdujo en las negociaciones», dijo el director de cine Gaylen Ross.
«Era sólo un miembro de un pequeño grupo de sionistas», agregó. El próximo film de Ross lleva el título de «The Persecution and Assassination of D.r Israel Kasztner». Luego de la guerra, Kasztner y su familia emigraron a Israel. Las recriminaciones surgieron con un mordaz libro del guionista y periodista estadounidense Ben Hecht, quien mostró a Kasztner como un colaborador nazi que retuvo información clave a los aliados, llenó el tren con su familia y cobró por sus asientos. Kasztner salvó a 19 familiares al llevarlos al tren, pero otros 100 murieron en Auschwitz.
En cuanto a lo de hacer dinero con el tren, 150 personas pagaron sus boletos y eso fue suficiente para cubrir los costos de otros judíos más pobres. En 1952, Kasztner fue acusado por Machiel Grunwald, un anciano panfletista, de colaborar con los nazis.
El Gobierno israelí demandó a Grunwald por difamación pero el juicio se transformó en un ataque colectivo a Kasztner, con un dictamen del juez que decía que el hombre había hecho un trato con el diablo.
El veredicto fue anulado en 1957, pero para entonces era muy tarde. Kasztner había sido asesinado fuera de su casa por tres extre
mistas. El autor del Holocausto y premio Nobel de la Paz Elie Wiesel dijo sobre Kasztner: «seguí su juicio y creo que él quería ayudar pero eligió el método incorrecto».
Ross, el director de cine, comparó a Kasztner con el test Rorshach, una evaluación psicológica en la que a los pacientes se les pide que interpreten manchas de tinta. «Para mi, Kasztner es un test de Rorschach. La gente opina sobre él de acuerdo a cómo se sienten», dijo Ross. Primero está la culpa que sienten los sobrevivientes por haber vivido mientras otros murieron y luego las dudas morales sobre negociar con los nazis y comprar vidas judías por dinero, comentó Ross. Los judíos cuestionaron los motivos de otros judíos, olvidando que el Holocausto fue un crimen contra la humanidad perpetrado por los nazis, no los judíos, dijo Ross.
Para Porter, la historia de Kasztner es cómo sus actos de valentía pueden ser debatidos ferozmente pese a que podrían ser comparados con los de los gentiles Oskar Schindler y Raoul Wallenberg. «El quería ser visto como un salvador de judíos y era esencialmente un buen hombre. Schindler lo calificó como la persona menos temerosa que conoció», comentó Porter"

Así reseñó la aparición del libro Haaretz

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