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viernes, 15 de febrero de 2008

Sopresas agradablemente bárbaras

No es la primera vez que Manuel Molares do Val me soprende gratamente en su columna Crónicas Bárbaras . Hoy la titula: Los israelíes no lloran. Aquí la tienen.

Cada día con mayor intensidad los terroristas religiosos de Hamas lanzan desde Gaza cohetes Kassan sobre viviendas de Israel.
A veces matan, pero por su estoicismo se diría que las familias de las víctimas no sienten dolor: nunca ofrecen espectáculos desgarradores, como los allegados a los terroristas cuando los israelíes los atacan.
Los israelíes no gritan, no se mesan los cabellos ni se arrojan ceniza, y si alguien queda descuartizado por un misil, retiran silenciosamente sus despojos de las ramas de algún árbol, de la pared donde están pegados.
Se les pregunta por qué no expresan su sufrimiento, y responden que no va en su carácter y que deben mantener la dignidad y la entereza. Como hacían sus antepasados cuando sabían que iban a las cámaras de gas.
Aunque ahora hay respuesta: un helicóptero o un avión israelíes lanzan un ataque preciso sobre el lugar de donde salieron los Kassan. Pero muchas veces los terroristas ya han huido dejando varios niños palestinos allí.
Que aparecen muertos en las televisiones de todo el mundo. Cuerpecillos a los que abrazan mujeres que gritan afligidamente, por hombres que chillan dándose golpes de pecho, todo dentro de un clima asfixiante, barroco y enrojecido con la sangre infantil.
En ese ambiente emotivo los periodistas solemos olvidarnos de contar que los terroristas islamistas muchas veces dejan niños en lugares peligrosos mientras huyen esperando que la muerte de los inocentes conmocione el mundo. “Ojala amaran tanto a sus hijos como nos odian a nosotros”, decía Golda Meir.
Hubo jefes terroristas cuya guardia de corps era una docena de esos niños. A veces los envuelven en bombas y los explosionan a distancia.
Las guerras son también de propaganda. Y los israelíes la están perdiendo.


No hay luces sin sombras. Qué distinta impresión cuando se lee a Tomás Alcoberro el corresponsal de La Vanguardia el Líbano."En olor de muchedumbre y con honores militares, se celebró el entierro de Imad Mugnie en los suburbios chiís de Beirut..." lloran la muerte de un terrorista buscado internacionalmente.."El feretro de Mugnie, envuelto en la amarilla bandera del Hizbullah, a hombros de sus combatientes uniformados, se abría paso, muy lentamente, entre los asistentes que llenaban la Huseiniya y ,después, en medio del gentío de la calle. A la usanza oriental navegaba, a veces bailaba sobre las cabezas, de los congregados que extendían sus manos para tocarlo, en una señal de adiós. Entonando preces fúnebres del habitual tono plañidero de los musulmanes chiís, le despedían llamándole "Nuestro mártir" o el "Amado de Dios". Era una estampa de emoción popular. Mognie considerado terrorista al estilo de "Carlos" en muchos paises, e incluso en la otra parte de la ciudad, era enterrado entre lamentaciones piadosas"

2 comentarios:

Iojanan dijo...

No es mentira lo de la guerra de propaganda, llevo años diciendolo, escribí repetidas veces a la embajda israelí en España de cinco años a esta parte pretendiendo hacerles ver, cosa que supongo ya sabían, que la propaganda es el arma más eficaz que tienen estos asesinos canallas, han mamado directamente de los métodos de los fascismos, tanto, socialistas como los otros y lo están aplicando hasta sus últimas consecuencias con gran éxito; sólo de hace un tiempo a esta parte,quizá año y medio, o dos, los blogers están haciendo una labor impagable de denuncia de esas tropelías,mentiras, montajes y demás infamias que el mundo musulmán y su quinta columna introducida en occidente, elaboran de forma metódica y claramente como arma de guerra.

Neguev and me dijo...

Es cierto Iojanán. No es Israel un país que invierta dinero en imagen ni en propaganda. Lo curioso es que tiene fama de lo contrario. De lobbista como el famoso lobby judío que le serviría de colchón. Y que a tenor de los resultados deberíamos concluir que es absolutamente ineficaz. Ay si los judíos se atuvieran de verdad a la mala o buena fama que gozan o padecen. Pero resulta incluso tranquilizador comprobar que solo en antijudío nos cree capaces de articular lobbies ineficaces. A la hora de la verdad, quien conoce percal desde dentro sabe que es una fama inmerecida.
Lo cierto es que el mundo de los bloggers están desbrozando el camino en la lucha de muchas infamias y mentiras, pero los media tienen una capacidad ilimitada para lanzar leyendas urbanas en titulares y desmentirlas, si llega el caso, en apenas dos líneas en la últimas páginas, ahí dónde nadie lee.