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domingo, 22 de febrero de 2009

¿ Quo vadis Israel?

A Elena Martí, del Plural, le parece que Israel: Va a peor.
Ni que decir tiene, que una percepción similar es la que se obtiene leyendo la crónica del inefable corresponsal de El Pais, Miguel MuñozAmbos se rasgan vestiduras. ¿Quo vadis Israel? ..Pero ¿Qué puede hacer coincidir a Elena Marti con Miguel Muñoz en esa visión catastrofista de la tempestad que se cierne sobre Oriente Medio e Israel mismo, si el gobierno lo encabeza Netanyahu, aparte de escribir para adeptos al antisraelismo militante?. Descarten la tonta idea de que Israel no suscita simpatías entre cierto tipo de gentes adscritos al bien pensar y recto proceder. Descarten, esa y cualquiera otra idea sobre las clásicas divisiones izquierda derecha, que en Israel no tienen exactamente una correlación con lo que aquí podría definirse como perteneciente a una u otra. Es curioso, hace apenas unos días acabó la intervención en Gaza, sin embargo, no recuerdo crónicas mas benévolas con Livni, que parece ser ahora la candidata preferida de estos medios.

Hélàs: Nada nuevo de lo que preocuparse. No es tan fiero el león como lo pintan. Y si a algunos les produce resquemor, deberemos concluir, que quizás no sea tan malo. No se..por decirlo de algún modo: Si los perros ladran, será porque la caravana pasa.

Sin embargo Rafael Bardaji en ABC, opina lo siguiente

Israel: ¿y ahora qué?

RAFAEL L. BARDAJÍ
Viernes, 20-02-09

Dos de cada tres votantes en las elecciones del pasado día 10 en Israel se inclinó por una opción de centro-derecha o claramente conservadora, religiosa o laica. Ninguna sorpresa, pues, que el nuevo gobierno sea liderado por Benjamin Netanyahu, apoyado sobre una coalición de derechas.

Tzipi Livni no tenía oportunidad alguna de formar gobierno y una vez que prefirió liderar su partido desde la oposición a dejar que Kadima estuviera en el gobierno sin ella, la opción de Netanyahu sólo podía ser una. Sabemos que el líder del Likud ha intentado por todos sus medios incorporar a los centristas a su gobierno, pero sin éxito aparente. Al menos de momento y hacer predicciones sobre el panorama político israelí, es prácticamente suicida.

¿Pero es en verdad algo tan malo que Israel tenga un gobierno marcadamente conservador? ¿Es el apocalipsis lo que se avecina? Puede que no. Cierto, el proceso de paz tal y como se está desarrollando seguramente sufrirá un parón, pero eso no implica que el nuevo gobierno no quiera un acuerdo de paz, ni mucho menos. Lo que quiere es alcanzarlo cuanto antes sobre unas bases más justas y duraderas.

Por ejemplo, Netanyahu aspira a poder desarrollar económicamente Cisjordania como un estímulo más para laz paz; Avigdor Liberman, el líder de Yisrael Beitenu, un ultrarradical que ya fue ministro en el gobierno centrista de Kadima, aspira a un acuerdo de paz sobre la base de intercambios territoriales y de población.

Serán más o menos discutibles sus propuestas, pero no se les puede negar que buscan vivir en paz con sus vecinos, árabes y palestinos. Sólo que creen que el actual proceso de paz está muerto.
En segundo lugar, uno de los problemas que ha sufrido Israel en los últimos años era la palpable debilidad política de su gobierno. Un gabinete conservador lo tiene más fácil para dar una imagen de una nación firme, dispuesta a defenderse de sus enemigos. Israel vive gracias a su disuasión y no hay disuasión que valga sin un gobierno fuerte




Tutti noi ce la prendiamo con la storia
ma io dico che la colpa è nostra,
è evidente che la gente è poco seria

quando parla di sinistra o destra.
Ma cos'è la destra, cos'è la sinistra...

L'ideologia, l'ideologia malgrado tutto credo ancora che ci sia,
è la passione, l'ossessione della tua diversità
che al momento dove è andata non si sa
dove non si sa
dove non si sa.


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