Ya he dicho que doy por zanjada una cuestión que otros plantearon de tapadillo y en la que he dicho, y vuelvo a decir, que me niego a abundar.
Como ya ha pasado, al parecer, el tifón de quienes, tras lanzar la piedra y esconder la mano, exigían de los que denunciamos la pedrada que exhibiéramos los moratones (ahí es ná: te ponen un ojo a la funerala y además de decirte que es mentira, que el golpe te lo has dado tú solita, quieren obligarte a explicar por qué duele), ahora sí ha llegado el momento de decirles a los traficantes en iniquidades por qué no se le entra al trapo, nunca, a la infamia programada.
(Otra cosa es que sea sea consciente o no de que se ha programado tal cosa. Acertijo: ¿Qué es un español? Respuesta: Alguien inconsciente de su inconsciente.)
Lo haré poniendo un ejemplo reciente: el del bienintencionado error periodístico que condujo a la popularidad de Robert Faurisson y sus tesis negacionistas.
A fines de diciembre de 1978, el diario Le Monde decidió publicar un refrito de Faurisson, que previamente había circulado como panfleto tanto en círculos de extrema derecha como de la izquierda radical en Francia. Su título: "Le problème des chambres à gaz ou: La rumeur d'Auschwitz". En él, su autor, a la sazón profesor de "crítica y lectura de textos" del Departamento de Filología Francesa de la Universidad Lyon-II, vertía el fruto de sus "investigaciones", desarrolladas de manera bastante sui generis desde 1960: no sólo no hay documentos probatorios de la existencia de las cámaras de gas, sino que es técnicamente imposible que se hubiera gaseado con ácido cianídrico a varios millones de judíos, y ello por razones supuestamente técnicas.
La intención de Le Monde era de las más loables: publicar los delirios faurissonianos conjuntamente, en los días siguientes, con textos diversos -testimonios de sobrevivientes, análisis de historiadores- que le permitieran al lector comprender que estaba ante un trabajo, el de Faurisson, de manipulación ideológica que tenía por finalidad última el desagravio de los nazis y la imputación a los judíos sionistas de haber "complotado" para imponer una versión falaz de los hechos (la destrucción programada, in fine, de 80 % de los judíos europeos), con la finalidad de justificar la creación del estado de Israel.
El resultado de aquella tan loable (e ilustrada y razonable) intención de los Beuve-Méry, Viansson-Ponté y otros destacados (y admirables) responsables de la redacción de Le Monde fue justo la contraria de la que se buscaba obtener. Porque la respetable y respetada plataforma que, sobre todo entonces, era Le Monde, un tipejo mediocre y resentido (y supremamente ambicioso) como Faurisson la utilizó para construir su plataforma de proyección al público.
Como bien dice Pierre Vidal-Naquet, en "Les assassins de la mémoire"http://www.anti-rev.org/textes/VidalNaquet87c/), "desde el momento en que Robert Faurisson, universitario reconocido como tal, con cátedra asignada en una universidad importante, podía publicar sus opiniones en "Le Monde", con independencia de que fueran refutadas en el acto, el asunto dejaba de ser marginal para ocupar el centro de todas las atenciones".
En resumen: trátese de la negación del Holocausto, trátese de una demonización de Israel que hunde sus raíces en cuatro décadas de antisemitismo disfrazado de antisionismo, básicamente de izquierdas, al menos yo he aprendido la lección: a los que fingen o deliberadamente buscan (poco importan estos matices) acusar a los judíos de ser: a. unos manipuladores que han buscado sacar réditos de sus pasados sufrimientos; b. los principales responsables de las miserias y sufrimientos de otros pueblos (véase hoy, domingo 15 de julio, el tristemente "ejemplar" artículo de Soledad Gallego en El País)*, y/o c. manejar entre bambalinas los hilos del poder político y económico para favorecer sus intereses,
les digo lo que hace 24 años les dije a los comensales que me acompañaban en una exquisita cena parisiense en uno de los mejores restaurantes de la capital francesa, cuando uno de ellos dijo: "Es normal que el partido de Jean-Marie Le Pen haya avanzado en las municipales, después de todo, seguimos estando dominados -en la prensa, la política, las finanzas- por los judíos".
Doblé mi servilleta. La dispuse correctamente a la derecha de mi plato, para significar que había acabado, y me levanté de la mesa. A modo de despedida, pronuncié sólo estas palabras: "El más exquisito entrante de ostras con trufas de Borgoña no se merece, antes de deglutirlo, sufrir un indigesto comentario como ése".
Huelga decir que, entre los comensales, los hubo que no volvieron a dirigirme la palabra. Otros, en cambio, siguen siendo mis amigos.
15 de julio de 2007 12:09
Ana Nuño
Otras páginas de interés :
http://www.anti-rev.org/
*http://www.elpais.com/articulo/panorama/Europa/asedio/Gaza/elpeputec/20070715elpdmgpan_6/Tes
Como ya ha pasado, al parecer, el tifón de quienes, tras lanzar la piedra y esconder la mano, exigían de los que denunciamos la pedrada que exhibiéramos los moratones (ahí es ná: te ponen un ojo a la funerala y además de decirte que es mentira, que el golpe te lo has dado tú solita, quieren obligarte a explicar por qué duele), ahora sí ha llegado el momento de decirles a los traficantes en iniquidades por qué no se le entra al trapo, nunca, a la infamia programada.
(Otra cosa es que sea sea consciente o no de que se ha programado tal cosa. Acertijo: ¿Qué es un español? Respuesta: Alguien inconsciente de su inconsciente.)
Lo haré poniendo un ejemplo reciente: el del bienintencionado error periodístico que condujo a la popularidad de Robert Faurisson y sus tesis negacionistas.
A fines de diciembre de 1978, el diario Le Monde decidió publicar un refrito de Faurisson, que previamente había circulado como panfleto tanto en círculos de extrema derecha como de la izquierda radical en Francia. Su título: "Le problème des chambres à gaz ou: La rumeur d'Auschwitz". En él, su autor, a la sazón profesor de "crítica y lectura de textos" del Departamento de Filología Francesa de la Universidad Lyon-II, vertía el fruto de sus "investigaciones", desarrolladas de manera bastante sui generis desde 1960: no sólo no hay documentos probatorios de la existencia de las cámaras de gas, sino que es técnicamente imposible que se hubiera gaseado con ácido cianídrico a varios millones de judíos, y ello por razones supuestamente técnicas.
La intención de Le Monde era de las más loables: publicar los delirios faurissonianos conjuntamente, en los días siguientes, con textos diversos -testimonios de sobrevivientes, análisis de historiadores- que le permitieran al lector comprender que estaba ante un trabajo, el de Faurisson, de manipulación ideológica que tenía por finalidad última el desagravio de los nazis y la imputación a los judíos sionistas de haber "complotado" para imponer una versión falaz de los hechos (la destrucción programada, in fine, de 80 % de los judíos europeos), con la finalidad de justificar la creación del estado de Israel.
El resultado de aquella tan loable (e ilustrada y razonable) intención de los Beuve-Méry, Viansson-Ponté y otros destacados (y admirables) responsables de la redacción de Le Monde fue justo la contraria de la que se buscaba obtener. Porque la respetable y respetada plataforma que, sobre todo entonces, era Le Monde, un tipejo mediocre y resentido (y supremamente ambicioso) como Faurisson la utilizó para construir su plataforma de proyección al público.
Como bien dice Pierre Vidal-Naquet, en "Les assassins de la mémoire"http://www.anti-rev.org/textes/VidalNaquet87c/), "desde el momento en que Robert Faurisson, universitario reconocido como tal, con cátedra asignada en una universidad importante, podía publicar sus opiniones en "Le Monde", con independencia de que fueran refutadas en el acto, el asunto dejaba de ser marginal para ocupar el centro de todas las atenciones".
En resumen: trátese de la negación del Holocausto, trátese de una demonización de Israel que hunde sus raíces en cuatro décadas de antisemitismo disfrazado de antisionismo, básicamente de izquierdas, al menos yo he aprendido la lección: a los que fingen o deliberadamente buscan (poco importan estos matices) acusar a los judíos de ser: a. unos manipuladores que han buscado sacar réditos de sus pasados sufrimientos; b. los principales responsables de las miserias y sufrimientos de otros pueblos (véase hoy, domingo 15 de julio, el tristemente "ejemplar" artículo de Soledad Gallego en El País)*, y/o c. manejar entre bambalinas los hilos del poder político y económico para favorecer sus intereses,
les digo lo que hace 24 años les dije a los comensales que me acompañaban en una exquisita cena parisiense en uno de los mejores restaurantes de la capital francesa, cuando uno de ellos dijo: "Es normal que el partido de Jean-Marie Le Pen haya avanzado en las municipales, después de todo, seguimos estando dominados -en la prensa, la política, las finanzas- por los judíos".
Doblé mi servilleta. La dispuse correctamente a la derecha de mi plato, para significar que había acabado, y me levanté de la mesa. A modo de despedida, pronuncié sólo estas palabras: "El más exquisito entrante de ostras con trufas de Borgoña no se merece, antes de deglutirlo, sufrir un indigesto comentario como ése".
Huelga decir que, entre los comensales, los hubo que no volvieron a dirigirme la palabra. Otros, en cambio, siguen siendo mis amigos.
15 de julio de 2007 12:09
Ana Nuño
Otras páginas de interés :
http://www.anti-rev.org/
*http://www.elpais.com/articulo/panorama/Europa/asedio/Gaza/elpeputec/20070715elpdmgpan_6/Tes
Soledad Gallego-Díaz
DOMINGO - 15-07-2007
En Palestina no existe población civil. Por lo menos no existe en Gaza, donde todo parece permitido a la hora de deslegitimar a Hamás. Lo último es que el cerco, el asedio a la franja, está impidiendo incluso que la UNRWA (la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos) disponga de los mínimos materiales necesarios para reconstruir escuelas, rehacer centros de salud, arreglar alcantarillas o levantar viviendas con las que mejorar las condiciones de hacinamiento en que viven miles de personas. Peor todavía, dado que Israel impide que llegue siquiera cemento, la UNRWA ha tenido que cerrar todas sus obras y dejar sin ingresos a las 120.000 personas que subsistían gracias a esos pequeños salarios.Mientras todo esto sucede, en la Unión Europea el gran tema de discusión esta semana ha sido de orden interno: ¿hasta qué punto está furioso Javier Solana, coordinador de la política exterior de la UE, con la carta que 10 ministros europeos, entre ellos el español Miguel Ángel Moratinos, han enviado a Tony Blair animándole a asumir todo el protagonismo en los asuntos de Oriente Próximo y planteando una serie de objetivos que no han consultado con Bruselas?
La carta habla, en su último punto, de la conveniencia de abrir la frontera de Gaza con Egipto, pero, por supuesto, no menciona los derechos de la población civil, pregonados durante años y desaparecidos ahora en el sumidero del nuevo lenguaje internacional.
Nadie podrá decir dentro de unos años que no se sabía lo que estaba pasando con la población civil de Gaza. Los responsables de la agencia de la ONU, un organismo que no debería despertar sospechas, por más que muchos israelíes se hayan empeñado en desacreditarla, lo están contando día a día, con creciente angustia. "Éste es un trabajo humanitario vital, que incluye reconstruir conductos de agua potable, conducciones sanitarias, centros de salud... Son trabajos imprescindibles con grandes implicaciones para la salud pública. Y son trabajos que ayudarían a la vida de decenas de miles de niños, porque, si las escuelas no están terminadas a tiempo, son ellos quienes pagarán el precio más alto", explicaba John Ging en un comunicado internacional difundido la semana pasada por la UNRWA.
Por lo que se ve, a Israel no le molesta especialmente que no se levanten escuelas de la UNWRA en Gaza porque está convencido de que sólo sirven para predicar el odio contra Israel. De nada vale que la propia ONU asegure que los nuevos libros de texto palestinos hayan sido objeto de todo tipo de análisis sin encontrar nada parecido. Incluso un informe elaborado a petición de la Embajada de Estados Unidos en Tel Aviv reconoce que han hecho un esfuerzo extraordinario: "La orientación general de los libros de textos palestinos es pacífica, pese a la situación de violencia que exhibe la realidad en la calle. No incitan abiertamente al odio contra Israel ni contra los judíos. No incitan abiertamente al odio ni a la violencia. La tolerancia política y religiosa se enfatiza en múltiples contextos y en buena parte de los textos".
Tampoco ha encontrado odio el profesor Natham Brown, de la Universidad George Washington, que, harto de tantas acusaciones, se limitó a resumir: "Los libros de texto palestinos no se comparan desfavorablemente con el material que recibe mi hijo como estudiante de cuarto grado en un colegio de Tel Aviv".
Paquetes de comidaPese a todo, la opinión pública europea parece tranquila. Israel no permite que los habitantes de Gaza vivan como seres humanos, pero tampoco va a dejar que se mueran directamente de hambre. La UNWRA comunica que está autorizada a seguir distribuyendo entre las familias palestinas paquetes de comida con el siguiente contenido: 50 kilos de harina, 5 de arroz, 2 de azúcar, 2 litros de aceite, 1 kilo de leche en polvo y 5 kilos de lentejas.
Anticipando lo que iba a suceder, la UNRWA pidió en abril más fondos de emergencia. España dobló su aportación hasta los cuatro millones de euros, cantidad que se suma a los 6,2 millones con que contribuye al presupuesto general de la agencia. Otros países hicieron lo mismo. Bien está, pero no oculta el hecho de que nadie se atreve a mencionar las palabras malditas: vulnerar hasta esos extremos los derechos de la población civil es, o por lo menos era hasta hace poco, un crimen castigado por el derecho internacional. ¿Va a negar Europa para siempre el concepto de población civil? ¿Va a olvidar que esa población civil tiene derechos reconocidos internacionalmente?
9 comentarios:
La izquierda europea, y su variante hispana ( "la socialpeocracia" de nuestro Zetapeorro ) odia a Israel, y por extensión a todos aquellos judíos que no cumplen el canon ( ya saben, "judíos progresistas", propalestinos, amigos de la "paz",´etc.etc...). ¿Por qué?
Pues la cuestión es difícil, pero podemos a puntar a algunas causas....El izquierdismo europeo ha sido desde sus inicios un movimiento político totalitario, enemigo acérrimo de la libertad. Por eso, fue básicamente prosoviético durante largas décadas ( apenas tímidamente crítico ), y una vez concluido el "experimento" ( millones de muertos, el gulag, la policía del pensamiento ) no hubo "exorcismo" ni la procedente vomitona ideólógica que debió seguir a una borrachera como ésa....Sé de lo que hablo, porque estuve allí, quiero decir que fui un disciplinado militante de ese magma, de ese puchero grasiento.
Desde los 80 al menos, y ante el derrumbe del mito, el progresismo europeo inicia un proceso de travestismo, de ocultamiento....consistente en la ocupación de la burocracia y de lo "cultural". Su discurso sigue siendo el mismo: odio a la libertad y a la propia identidad europea, a la civilización y sus elementos definitorios. El proceso alcanza su cénit con el islamismo. Tal como antes, la izquierda se ha rendido voluntariamente a la barbarie de la yihad, a la que considera una manifestación del "carácter injusto" del mundo occidental.
Israel simboliza la voluntad de existir y de defenderse, de no rendirse frente a los asesinos, de "fundarse" en la tradición y en la libertad, como elementos de convicción. Resistencia de hombres libres.
Nuestros socialpeorros se preguntan incrédulos ¿Cómo es que "Uropa" consiente "esto"? Y lo que quieren decir es "cómo es que nuestra burocracia socialdemócrata, nuestro intervencionismo derrotista, nuestro dinero estatal producto del robo de impuestos, no pueden acabar con "ese engendro sionista"????
Estos del nickjournal son la hostia, montan el lío, nos piramos ( allá cada uno con sus motivos ) y encima andan regalándonos sopapos, que si facha, que si fascista, que si tal que si cual....que si "que chupi que estamos aquí los patanegra dawkinianos".
Lo dicho, un velatorio, pedazo de ambientazo, jijiji, jajaja, qué movidón...
Saludos, amigo Borde. Parece que la chusma izquierdista renuncia a mangonear en Navarra.
Buenas, amigo Reinhard, una buena noticia, pero me temo que tiene trampa ( como las treguas de los socios del Zetapeorro )....harán como que no gobiernan, y que parezca que no están puteando "coordinadamente" al PP (UPN ), pero no olvide que esta gentiza es tinellista, y andarán a la espara de lo que ocurra en las generales. Si gana Zapo, tendremos a los proetarras en Navarra y el "proceso" se "reinicará" a toda hostia: hacia el nuevo régimen sin frenos, con los etarras cortando el bacalao y los majaras del PSC dirigiendo el "estado" ( o lo que quede ).
Un abrazo.
Le agradezco a ambos su participación en el Blog y sus opiniones.
Un saludo cordial
Sigan, sigan con su campaña contra los judeófobos y su boicot al NJ (sobrwe todo con esto último, jajajaja), el pueblo se lo agradece. Agur pringaos
neguev, van pasando los días, ¿no cree que vale la pena zanjar el dichoso asunto y darse un garbeo por el NJ, como antes? se la extraña (con todas las coñas que quiera, pero se la extraña)
¿ Se le ha caido a alguien la servilleta al suelo?. No creo amigo bose.
gracias por su paso y su comentario
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